En primer lugar porque nuestra cultura está obsesionada por el apego, lo material y el exceso de sentimentalismo (= desgaste emocional). Desde pequeños nos enseñan a apegarnos a todo, lo que convierte una perdida en una tragedia, cuando en otras culturas es una celebración.

En segundo lugar por ignorancia, no conocemos y no nos enseñan más allá de lo físico, no nos conectan con nuestra espiritualidad por eso creemos que la muerte es el final total.

Hablando específicamente de la muerte quiero compartirles que no hay cosa más negativa para un Ser en transición que ver a sus seres queridos sufriendo y llorando, por eso muchas aespirituss se pierden de su camino, se quedan confundidas y vagando algún tiempo. (La mayoría de “fantasmas” son personas con mucho apego que no pudieron o no los dejaron desprenderse de sus vidas y seres queridos y por eso su alma no trascendió, se quedan en un plano intermedio perdidos y en oscuridad, aunque no se preocupen esto puede durar algún tiempo pero no para siempre Dios no olvida a sus seres, pero esto no debería suceder).

Entendamos que la muerte del cuerpo físico es solo un paso más en el proceso de crecimiento de nuestro Ser, y estando en nuestra verdadera naturaleza (fuera de este cuerpo físico) encontramos la verdad, lo entendemos todo, no hay falsedad, todo es puro y se siente la conexión con Dios. Muchas personas que han tenido la experiencia de salir y volver, aseguran que es hermoso, divino y que incluso no quieren volver “estando allá somos realmente felices y todo se conecta”.

Entonces, ¿porque los que nos quedamos aquí, insistimos en ser tan egoístas creando sufrimiento a raíz del deseo de retener esa persona junto a nosotros? Otra vez el EGO porque SOY YO quien se siente solo, porque SOY YO quien le va a extrañar, porque SOY YO quien tiene que afrontar un cambio.

Desprenderse de la necesidad de sufrimiento cuesta, pero recuerden que las emociones al ser solo una herramienta pueden ser transformadas por nosotros mismos adoptando otra actitud y controlando nuestros pensamientos.

Cuando un ser querido se va (no importa la forma, ya que todo es perfecto y está dado como debería ser, tal y como cada quien lo decidio antes de nacer) debemos aceptar y sentir amor libre por él, despedirlo con amor, GRATITUD y sentimientos positivos, sentir alegría en medio de nuestra melancolía, porque ese Ser va a estar mucho mejor, aquí en la tierra es donde hay dualidad, dolor, tristeza, allá todo está bien y estará junto a Dios y seguirá su proceso de evolución.

Por esto en muchas culturas la muerte se celebra, es una alegría para todo un pueblo cuando alguien trasciende este mundo material y regresa a su verdadera naturaleza.

Es difícil para nosotros dentro de nuestra cultura actuar de forma más tranquila ante estos eventos, pero es la única forma en la que debería ser, superando el egoísmo de: “mis sentimientos ante este evento” podemos pasar a un estado de aceptación más tranquilo donde liberamos a ese Ser para irse en paz, que pueda seguir su camino sin sentirse culpable por el sufrimiento de sus semejantes.

Obviamente sentiremos melancolía y la incertidumbre de la separación y el cambio que emocionalmente se traduce en tristeza, pero esa emoción la podemos controlar y transformar para que no perturbe nuestra vida, sino que resulte ser un evento donde agradecemos lo hermoso vivido y aprendido con esa persona.

Otro error y desgaste es sufrir por lo que pudo dejar de vivir esa persona, suponemos que no debía morir, que pobrecito, que tan joven, que con tantas expectativas, etc… Jugamos a ser Dios y a decidir que era mejor para su destino. SUPONER es un gran error y nunca debemos sufrir por lo que suponemos ya que no existe.

Entendamos que cada persona en la tierra antes de nacer, ya decidió qué quería venir a hacer, experimentar y cuánto tiempo viviría aquí, por lo tanto todo sucede como debería ser, incluso las personas que viven poco tiempo, ellas son muy afortunadas, porque su misión era corta, tuvieron su experiencia de vida que genero cambios a su alrededor y se van, no necesitan quedarse tanto aquí a sufrir o luchar.

Hay misiones donde simplemente algún ser viene a morir prontamente o en circunstancias específicas para con esa muerte crear cambios positivos en su familia, es un acto de amor y no de sufrimiento.

Interioricemos la idea de que la muerte es solo una despedida momentánea, es solo un proceso más, un cambio para bien de la persona que se va y un aprendizaje para los que se quedan. Que sea una tragedia que amarga nuestras vidas es solo nuestra decisión ya que él que se va, al fin y al cabo estará feliz con Dios.

La invitación de hoy es a liberarnos del egoísmo ante la muerte y meditar a cerca de lo que sería mejor para el Ser que se va.

Enseñémos a las nuevas generaciones a ser libres amando sin apegos, para que desarrollen todo su potencial sin barreras o cargas y preparémoslos para el paso obligado que es la muerte de forma adecuada y positiva.

Bendiciones!